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Unidad Perfecta - Parte 2

Jose Miguel MinayaJose Miguel Minaya
8 de diciembre de 2025
Unidad Perfecta - Parte 2

Reflexión sobre la oración de Jesús por la unidad de sus discípulos y el llamado a ser mayordomos de lo que Dios nos ha dado.

Unidad Perfecta - Parte 2

"Para que todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste." — Juan 17:21

Si usted lee el título del pasaje del capítulo 17 de Juan, dice que Jesús ora por sus discípulos. Esta oración de Jesús no era una oración común, era prácticamente la última oración física de Jesús por sus discípulos. Pero más que una oración, se convierte en un reporte.

Jesús dio reporte al Padre

Cuando inicia el capítulo 17, lo primero que Jesús habla es de glorificar al Padre, no de glorificarse a sí mismo. Todo lo que nosotros hagamos tiene que tener una intención: que Dios sea glorificado.

Si yo voy a hablar, no es para que la gente entienda que soy inteligente o qué bien hablo. Es para que Dios sea glorificado. Y una segunda intención: para que la persona que me escuche sea edificada.

Jesús dijo: "Tuyos eran y me los diste. Yo te los entrego, Señor."

Somos mayordomos

A nosotros no nos gusta dar cuenta. Pero Dios te va a pedir cuenta por lo que te ha dado:

  • Te va a pedir cuenta de tus finanzas
  • Te va a pedir cuenta de tu salud
  • Te va a pedir cuenta de tus talentos
  • Te va a pedir cuenta de la gente que te puso al lado y no le predicaste
  • Te va a pedir cuenta del don, del talento, de todo

Usted y yo somos mayordomos. Nada de lo que tenemos es nuestro, pero nos encanta decir "mi casa, mis hijos, mi marido, mi mujer, mi coche".

"De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan." — Salmo 24:1

Todo lo mío es tuyo

En el versículo 10, Jesús dice: "Todo lo mío es tuyo y lo tuyo es mío." Es como un matrimonio perfecto, no un matrimonio interesado.

Esa unidad tan perfecta significa que ya no veo por mí, sino por el bien del colectivo. Pero nos cuesta como iglesia andar en unidad. Nos cuesta estar en un mismo sentir. Nos cuesta ser guiados e ir por el mismo camino.

Estamos en la iglesia, pero pensamos de manera diferente porque todo el mundo trae su cultura. Hemos heredado culturas que nos hacen individualistas.

El individualismo nos separa

Desde pequeños hemos nacido con ese individualismo: "Lo mío es mío. Tú para allá." Crecemos de manera muy individualista.

  • Queremos que Dios nos bendiga, pero no queremos bendecir a nadie
  • Queremos que Dios nos oiga, pero no queremos que Dios escuche al otro
  • Nos sentimos mal porque Dios le respondió a otro primero

La oración de Jesús: Que sean uno

¿Por cuántas cosas podía haber orado Jesús por sus discípulos? "Señor, que cuando ellos prediquen caigan en gracia, que tengan la iglesia más grande, que tu Espíritu Santo haga milagros a través de ellos."

Jesús pudo orar por todo esto. Pero, ¿por qué oró Jesús? Que sean uno.

Y Jesús no solo dice que ellos sean uno, sino que pone el ejemplo: "Que sean uno como tú y yo somos uno."

Para qué tenemos lo que tenemos

Si alguna posición, economía o privilegio tenemos, es porque Él lo ha permitido. Es bueno tener una casa, un coche, estudios, una profesión. Pero si eso no lo ponemos a la disposición de Dios para que Dios sea glorificado, ¿de qué sirve?

Reflexiona: Lo que tengo, ¿para qué lo tengo? ¿Está siendo usado para la gloria de Dios?

Padre, ayúdanos a entender que todo lo que tenemos viene de ti. Que podamos vivir en perfecta unidad, no viendo por nosotros mismos, sino por el bien del cuerpo de Cristo. Que en todo lo que hagamos, tú seas glorificado.